domingo, 24 de junio de 2018

Volver a la soltería

Había una vez… una niña inocente de 21 años que soñaba con el amor verdadero. Hasta esas edad no había conocido a nadie que sintiera lo mismo que ella y los que gustaban de ella no eran su tipo. Era una chica con la vara un poco alta. Tenían que ser altos, mayores que ella, sensibles, si fuera un profesional mejor, si usaba traje mejor, elocuente y blah blah blah. Un día y, el menos pensado, conoce a un chico que no cumplía con ninguna de sus pretensiones, pero ninguna. Apenas era más alto que ella sin tacos y tenía la misma edad, pero cuando se dio cuenta de todas esas cosas ella ya estaba bailando con él con una gran sonrisa en los labios y ahí se dio cuenta de que si había dejado atrás todas sus pretensiones era porque el muchacho en cuestión le había gustado de verdad.
Por circunstancias que no vienen al caso, ella sabía que él estaba saliendo con alguien y que no pasaría nada más que un baile esa noche. Al día siguiente se enteró que no era tan así la situación y lo agregó a, en ese momento de muy de moda, Facebook. Charla va charla viene, el chico la invitó a salir y desde ese momento no se separaron más. Se veían todas las semanas una vez en la semana y otra los findes. La relación empezó a ponerse más seria y ella conoció a su familia. Luego se puso aún más seria y fueron de viaje juntos y él conoció a la familia de ella. A los cinco meses de relación ocurrió lo que ella más había esperado: él le pidió que fuera la novia. Su mundo estaba en lo que dirían The Carpenters “Top of de world”. No paraba de publicar gomadas en Facebook, etiquetarlo en pavadas, hablaban por, en ese momento no tan conocido, Whats App todos los días y ella comenzó a quedarse a dormir en su casa un día del fin de semana. Salía con él y los amigos a bailar, pero empezó a dejar de un lado a sus amigos por que ella sentía que no la apoyaban en su relación ¡Cómo podían ser tan egoístas en no ser felices de que ella pasaba todos los fines de semana con su novio! (Grave error).
El tiempo pasó y el día en el fin de semana que se quedaba a dormir se convirtió en todo el finde más quedarse a dormir también el día que se veían en la semana. Cada vez veía menos a sus amigos, él si salía, salía con ella también y la relación se hizo súper absorbente. Para ella estaba bien, qué mejor que pasar todo el tiempo que pudiera con su amor, para él llegó un momento que ya no estuvo tan bien. Sobre todo cuando se fue de vacaciones con amigos y se dio cuenta de lo que extrañaba eso. Así, empezaron las salidas solos. El tema era que ella ya no tenía muchos amigos, porque los había dejado de lado al engancharse tanto en la relación, lo que ocasionaba que ella tuviera que quedarse sola en la casa de él  mientras él salía (no vaya a ser que ella volviera a su casa, otro gran error de ella) o que él se quedara con ella y no saliera.
Luego de una gran pelea media entre ellos, media con la familia de él, ella dejó de ir todo el fin de semana y empezó a ir solo una noche para que ambos tuvieran tiempo de hacer su vida. La relación siguió y siguió avanzando entre épocas buenas, épocas malas, peleas, reconciliaciones, hasta que ella empezó a sentir que ya nada era lo mismo. Sentía que él prefería pasar tiempo más con sus amigos o con su música (porque él era músico) que con ella. Ella iba con él cada vez que tocaba y volvían a altas horas de la noche. Lo apoyaba en todos sus proyectos, pero por hacer esto veía que la relación se estancaba mucho.
Un día cualquiera y por una pelea bastante boba, ella se bajó del auto a tres cuadras de su casa y se volvió. Esperaba que él diera la vuelta y la pasara a buscar. Caminó despacio para darle tiempo y cuando llegó él no estaba. Lo esperó cinco minutos sabiendo que si subía a su casa tendría que decirle a sus papás que se habían peleado y no quería pasar por eso. Lo esperó diez minutos y él no apareció. No se hablaron ni esa noche ni los dos días siguientes. Era la primera vez en todos esos años en que no arreglaban los problemas antes de irse a dormir, ni que no se decían buenas noches. Ella cansada al tercer día lo llamó y le preguntó qué le pasaba. Discutieron y ella tomó la determinación de tomarse un tiempo. A la semana ella lo llamó y cortaron. Ambos entendieron que ya no iba para más, que estaban agotados y que esa pelea boba fue la gota que derramó el vaso. De todas formas, él le dijo si quería ir a la casa ese sábado y terminar las cosas bien. Lo que ocurrió ese sábado fue el error número 1: tuvieron sexo. Se juntaban a cortar y tuvieron sexo. Ella con lágrimas en los ojos pensando en que esa sería la última vez que estaría con él y él diciéndole que no llorara, que no estaban muertos. Y él tenía mucha razón por que las siguientes semanas también se volvieron a ver y empezaron a salir… otra vez. Pasaron dos meses y volvieron, pero a medias. Él no quería contarle a sus amigos que habían vuelto y a ella eso no le cerraba mucho. Luego de un extraño viaje de él a la costa que se suponía que iba solo, pero que aparentemente no fue así ella le volvió a cortar. ¿Dejaron de hablar después de eso? No… error número 2.
Ella se fue de vacaciones con una amiga ¡Y le trajo un recuerdo! O sea… Cortaron por que la situación estaba liquidada, volvieron y él se fue de viaje con otra mina y se lo negó a muerte lo que llegó a que volvieran a cortar y encima le trae un regalo de su viaje… error número 3. Se vieron dos veces más, pero como él la plantó un día que ella necesitaba su ayuda por estar con sus amigos, ella le corto… esta ya es la tercera. Decidió comenzar el psicólogo y eso le abrió un poco la mente. Salió con un chico con el que no llegó a nada y al cabo de un mes él volvió a aparecer. Esta vez empezaron a verse más. Estuvieron saliendo cinco meses sin compromiso. A él le recontra cerraba, a ella no tanto, pero tenía esperanzas de que esta vez volvieran a ser lo que eran… error número 4.  De todas sus amigas el 90% le decía que lo que estaba haciendo no estaba bien. Una palabra que sus amigas usaban mucho era “Soltá”. Ella por una parte sabía que tenían razón, pero otra parte de ella quería creer que todo podía cambiar. Un día en que ella le preguntó a él si la amaba, él le dijo que no sabía, qué no pensaba en eso… y volvieron a cortar por cuarta vez.
Si a ustedes les está cansando la situación imaginensé a las amigas de la chica. Ella empieza a hablar con un chico que parece todo lo que ella estaba buscando pero ¡Adivinen! Si, él vuelve a aparecer y ella se da cuenta que no puede darle a ese chico la relación seria que él quería si aún está pensando en el otro así que deja una posible buena relación otra vez por la figurita repetida que esta vez no dura más de tres semanas y vuelven a cortar… por quinta vez (esta no sé si contarla por que duró muy poco). Está vez sí, esta vez ella le pide que no le escriba salvo que sea muy necesario, que se acabó. Él le escribe dos o tres veces en el mes y para decirle que él se portó muy mal con ella. Sin entender mucho cómo, y sin dar muchas vueltas por que se está haciendo largo, él le dice de ir de vacaciones juntos y ver de recomponer la relación. Ella dudo como mucho dos días, aceptó, pero le propuso que si en las vacaciones las cosas no iban bien no se iban a volver a ver luego.
Así que luego de dos meses sin verse (un record) se fueron de vacaciones juntos. Las cosas fueron raras para ella. Por momentos la pasaba bien, pero por momentos sentía que él no había cambiado nada y la situación empeoró cuando él la llevo específicamente a la misma playa (habiendo tantas playas en Mar del Plata) a donde había ido con esa chica con la que supuestamente no fue (ella sabía que era la misma playa por que la chica subió fotos). Cuestión que al finalizar las vacaciones ella le dijo que no siguieran, que dejaran las cosas como estaban, pero no… él insistió en que lo intentaran y ella ilusionada… ya no sé qué número de error es… le dijo que sí. Volvieron casi oficialmente, los amigos sabían, las familias sabían, pero ella no podía subir ningún tipo de foto con él. Para hacerla bien corta ella comenzó a sospechar que algo raro pasaba y así fue que termino descubriendo que él desde diciembre del año anterior (cuando le escribía diciendo que él había sido muy malo con ella) salía con la ex. Sí sí, con la chica que al principio de la historia la cosa había terminado. Así fue que, gracias a la ayuda de la otra chica también víctima de sus engaños, desenmascararon a este muchacho. Luego de audios de Whats app, una conversación de una hora por celular y demás, el muchacho le dijo frases como  “las quiero a las dos, pero que no sé con quién quedarme”, “quise volver con vos porque sos mi pareja principal”, “En algún momento me iba a decidir por una, pero viste que a mi me cuesta cortar”. Ese fue el final de una era en la vida de esta chica…
Desde que comenzó la historia hasta el final pasaron seis años y pico en la vida de esta chica. Ahora tiene 27 años y soy yo. Me encuentro con un mundo nuevo… la soltería otra vez. No me arrepiento de todo lo que viví, si quizás de haber vuelto con él doscientas millones de veces y no aprender. Algunas dirán “Pero él te buscaba” Sí, pero no me ponía un arma en la cabeza para volver. También me arrepiento de haber dejado a mis amigos y a mi vida de lado porque desde que estuve con él no sólo dejé a mis amigos, sino que también dejé de escribir, deje de leer, de hacer muchas cosas que me gustaban. Eso tampoco es culpa de él, yo decidí darle prioridad siempre. Y con todo lo aprendido pretendo exponer lo difícil que es en esta época de las redes sociales, de las aplicaciones de citas, del girl power… en la época de los Millennials ser soltera y encontrar eso que se llama amor. Algo que últimamente me pregunto si realmente existe y no lo digo por todo lo ocurrido por que fue sólo un muchacho, sino por las miles de historias que escucho día a día. ¿Será que nos volvimos escépticos? ¿Será que nos volvimos egoístas? Después de haber estado tantos años intentando que una relación funcione ¿Qué me espera al volver a estar soltera?
Espero que me acompañen a buscar estas respuestas y nuevas preguntas que me surjan. Llevo dos meses de soltera y el pánico ya se apoderó de mi por todas las cosas que veo, escucho y vivo. Espero que se identifiquen conmigo y que me ayuden a ver si el amor realmente puede existir en esta época donde pretendemos todo ya y desde el celular, donde ya no existe la privacidad, donde la comunicación es constante y donde las apariencias están de moda y la cursilería es considerada goma. Eso sí… prometo luego de este post que mi vida será un borrón y cuenta nueva y que lo que pase de ahora en adelante no tendrá que ver con él, sino con cómo es ser soltera en la época de los Millennials.